Comunicaciones y desarrollo económico

En nuestros días es frecuente la publicación de numerosas estadísticas, en las que se clasifican los países, las regiones, las ciudades, las comarcas y otros entes territoriales a través de un sin fin de parámetros, y en las que se ofrecen datos sobre renta per cápita, desempleo, índices de crecimiento económico, población, número de habitantes por médico o automóvil, consumo de diversos productos por habitantes, intenciones de voto, predilección por los líderes políticos, programas de televisión más vistos y no sé cuántos índices más. Estamos en la época de los datos estadísticos, todo es medible y el simple conocimiento del I.P.C. genera algún que otro terremoto político y económico.

Desde esta perspectiva, cuando la Unión Europea señala sus regiones más atrasadas, las de más bajo nivel de desarrollo, Andalucía está presente como una de las más desfavorecidas, algo que el profesor Cazorla Pérez ha dejado de manifiesto en sus diferentes estudios sobre ella y, en concreto, sobre los Factores de la estructura socioeconómica de Andalucía Oriental y Problemas del Subdesarrollo. Dentro de ella, la provincia de Granada y sus comarcas más septentrionales están a la cabeza en los índices que revelan aspectos negativos: desempleo, emigración, escaso desarrollo industrial, baja renta por habitante, etc.