Elogio de la Reina Católica Doña Isabel

La sólida formación de don Diego Clemencín adquirida en el seminario y que completó para cumplir con sus obligaciones docentes, junto a su continua dedicación al trabajo intelectual, fueron el camino que abrió puertas cada vez de mayor importancia a un seminarista murciano de clase social inferior. Su dedicación a la cultura y su constante preocupación por el saber y el estudio fueron reconocidas en su vida más que por la posteridad. Fue nombrado integrante de numerosas instituciones culturales como las tres Academias, de la Historia, de la Lengua y de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid. También perteneció a la Academia de Buenas Letras de Barcelona y a la de Anticuarios, eruditos de la Antigüedad en un sentido amplio, de Normandía. Como buen ilustrado perteneció a algunas Sociedades Económicas de Amigos del País, como la Matritense, donde residía habitualmente, y la de Murcia, su lugar de nacimiento y de donde había ostentado la representación parlamentaria en varias ocasiones.