La Compañía de Jesús en el Estado de los Duques de Arcos

En los últimos años la historia de la Iglesia ha experimentado un enorme auge. El origen del mismo ha sido la creciente percepción del hecho religioso como uno de los factores imprescindibles a la hora de entender la sociedad española del Antiguo Régimen, su sistema de valores, manifestaciones artísticas, cultos populares y cauces asociativos. Sin olvidar que la Iglesia es durante toda la Edad Moderna la institución que está más cerca de la Corona, con todas las reflexiones sobre el ejercicio del poder que conlleva esta afirmación. Este interés por la historia de la Iglesia no es nuevo. Sin embargo, y pese a la riqueza de las fuentes documentales conservadas en los distintos archivos eclesiásticos, en la bibliografía clásica sobre el tema ha sido patente hasta hace poco la ausencia de una visión del fenómeno religioso desde una perspectiva histórica. Esta afirmación se puede hacer extensible a los estudios sobre la Compañía de Jesús. Es un aserto historiográfico de sobra conocido admitir el peso político y la enorme influencia social de que gozó la Compañía en los países del mundo católico durante la Edad Moderna. Multitud de autores reconocen su prestigio, que hacía a los jesuitas descollar en el imaginario colectivo sobre el resto de órdenes religiosas; su cercanía al poder, que queda justificada por su labor como confesores de príncipes y grandes señores; la importancia de su labor docente, que se hace patente con tan solo echar un vistazo al organigrama de colegios de la Compañía en vísperas de su expulsión de España por Carlos III. De hecho la bibliografía sobre la Compañía de Jesús destaca por su volumen entre la dedicada al estudio de las órdenes religiosas.