Mártires de la Alpujarra en la rebelión de los moriscos (1568)

Las casi siete décadas que van desde las conversiones forzadas de comienzos del siglo XVI (15001502) hasta el estallido de la guerra de los moriscos (diciembre de 1568) constituyen un período de convivencia difícil entre las comunidades viejo cristiana y morisca. Las conversiones de primeros de siglo habían significado la desaparición del status mudéjar, dando paso al morisco, que es el término comúnmente aplicado para nombrar a los nuevos conversos de moro o cristianos nuevos nacidos oficialmente tras aquellos bautismos masivos. Pero el término morisco pronto encubrirá una nueva connotación, la realidad del criptoislamismo de la inmensa mayoría de esos nuevos cristianos, que mostrarán una tenacísima fidelidad y apego a su civilización en todos sus aspectos y manifestaciones y el rechazo radical de la cristiano-castellana. Ese rechazo se percibe en cada momento y acto de la vida cotidiana, en las creencias religiosas, íntimamente conectadas con toda suerte de preceptos, costumbres y tradiciones, en la cuidadosa conservación y respeto a sus linajes y genealogías, en el idioma, en el vestido...