Granada en la poesía barroca

Por lo que hace a la presencia de Granada en el romancero morisco no está de más recordar con E. Orozco el precedente inmediato de las refundiciones de romances fronterizos. Un «lógico desarrollo» que da satisfacción al «latente prebarroquismo» de esos romances incrementando, como en el caso aludido de Abenámar, por su «poder sugestivo y sugeridor, las referencias a edificios y lugares». La retórica del romancero morisco implica intensificar las enumeraciones y elementos descriptivos, en un «estilo tendente a la amplificación» cuya esencia barroca «se manifiesta en la importancia que se concede a lo mundano, a lo real sensual». La localización más frecuente en escenarios de Granada y sus alrededores resulta manifiesta, así como «la exaltación del ambiente (...) a través de las reiteradas menciones de sus edificios». Podría anotarse a cuenta ya de un pleno barroquismo el adensamiento de referencias que precisan y delinean breves cuadros en algunos pocos de esos romances.