Historia verdadera del rey Don Rodrigo

Dentro de la compleja sociedad morisca granadina, atravesada en su corta vida por acontecimientos y situaciones que condensan los conflictos de toda la comunidad morisca hispana, pocos personajes se hallarán que hayan reunido en sí tantas sombras de sospecha y tantos juicios desfavorables como Miguel de Luna.
Falsario, vulgarador de poco vuelo, osado organizador de supercherías, faits de escrúpulos en sus actividades profesionales... Éstas y otras parecidas son las opiniones que buena parte de la crítica del siglo XX y anteriores ha suscitado acerca del médico morisco y traductor real, referidas especialmente a su posible participación en el asunto de los libros plúmbeos del Sacromonte y a la factura de la obra que aquí se reedita, La Verdadera historia del Rey don Rodrigo. La primera, ya sugerida en tiempos del propio Luna, le convierte en el cerebro y motor de las falsificaciones granadinas, a las que empujaría a espiritus menos arrojados como Alonso del Castillo. La segunda le califica como un falseador de rudo estilo que, bajo disfraz pseudohistórico, quiere apartar la figura de Don Rodrigo y la dominación árabe de la Península de los marcos establecidos por el pensamiento ? la tradición hispanos, a pesar del innegable éxito del libro dentro y fuera de las fronteras peninsulares.